jueves, 13 de junio de 2013

HEMORRAGIA Y SHOCK V

SISTEMA CIRCULATORIO IV

ESPACIO INTRAVASCULAR IV

Volvamos al trayecto que sigue la sangre en el sistema respiratorio. La sangre recién oxigenada llega a la aurícula izquierda procedente de los pulmones y pasa rápida desde esta aurícula al ventrículo izquierdo, atravesando la válvula MITRAL que hay entre ambas cavidades. El ventrículo izquierdo es el motor incansable del corazón. Es responsable del bombeo de la sangre oxigenada hasta los tejidos y órganos del cuerpo. El ventrículo izquierdo realiza acción de bombeo frente a una resistencia elevada, por lo que su grosor y su masa muscular deben de ser necesariamente mucho mayor que la del ventrículo derecho. La sangre abandona el ventrículo izquierdo tras atravesar la válvula AORTICA e introducirse en la AORTA, que es la arteria de mayor calibre del cuerpo, con una pared gruesa y elástica.

Esta pared del sistema circulatorio inicia la circulación sistémica arterial. Para que la sangre pueda llegar a los tejidos más alejados, es necesario que exista una presión elevada, para lo cual las paredes del sistema arterial dispone de una capa elástica y una capa muscular que permite la retracción y la propagación de las ondas de presión generadas en cada contracción del ventrículo izquierdo. Si los vasos fueran rígidos o blandos tendría dificultades para mantener el grado de presión. Las paredes vasculares del sistema venoso es un sistema de presión baja y de flujo lento. Finalmente, después de que la rama más pequeña de la circulación sistémica arterial (Los Capilares) ha transportado la sangre hasta los tejidos, la sangre vuelve a la aurícula derecha por las vénulas de calibre progresivamente mayor. Mientras la sangre discurre por la circulación sistémica, recoge glucosa y otros nutrientes a partir del tracto gastrointestinal y el hígado. Además, elimina los productos de desechos y los productos intermedios del metabolismo celular, principalmente a través de los riñones.

Usted puede preguntarse cómo es posible que el oxigeno y los nutrientes puedan atravesar las paredes de los vasos sanguíneos. Las arterias de calibre grande tienen pared gruesa, muscular y elástica; sin embargo, estas paredes se hacen cada vez más fina y tienen menos capas celulares a medida que los vasos se ramifican en arterias de calibres progresivamente menor. En última instancia la pared de los capilares solo tienen el grosor de una única célula y los nutrientes y el oxigeno pueden atravesar finalmente dicha pared. Por otra parte, la hemoglobina que vuelven de los tejidos tras haber descargado su oxigeno muestra ahora un aumento de la afinidad por el oxigeno, lo que incrementa la capacidad de este para atravesar las paredes celulares alveolares y capilares, uniéndose a la hemoglobina.



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